¿A quién se le ocurrió lo de las gabardinas? ¡Genial! Una identidad, una integración, un sentir común, una rebeldía, un signo de distinción. (Galerías San José; los González").
Llegada en un recreo, todo el instituto formado esperando la señal de Don Fernando para entrar de uno en uno por la puerta de atrás; primero los mayores; en ese instante aparecemos por el campo de balón volea (hoy voleibol) con la chocante indumentaria: hilarante.
Don Fernando reacciona poniéndonos de rodillas; el regocijo se incrementa. Inaudito.
Confieso que lloré con rabia y desesperación cuando Jaime (jefe local de la OJE) decidió vender el equipo de música. Tanta era la ilusión que pasábamos horas muertas ensayando y ensayando para emular a "los beatles". Todo fue visto y no visto; en un santiamén nos quedamos solos y compungidos arrastrando nuestro dolor adolescente por la vida.
Comentario por Nino.
Yo (Pepe Hdez), he de decir que todas o casi todas las fotos en que aparecemos, Paco Vallejo, Lao, el Titi, los instrumentos son de la OJE, incluso se daba la circunstancia de que si se rompía una cuerda, íbamos a Yanca (tienda de guitarras frente los Caños Dorados), firmabamos un vale y Jaime, (mancebo de la farmacia en la Plaza de Santo Domingo, 6), posteriormente pagaba la cuerda o lo que nos llevaramos.
Lo más significativo, sin duda alguna, es la presencia de Don Luis Morcillo portando su impecable atuendo y su porte inconfundible; que por otra parte, contrasta grandemente con la equipación de los baloncestistas bastetanos. Siempre me he preguntado si D. Luis tenía chandal, ¿alguno de vosotros lo vió con chandal alguna vez?.
Nosotros tampoco teníamos chandal; era un sueño en aquellos días, ¡tener un chandal! Que no habríamos dado por uno (todos eran azules).
El Estadio de la Juventud de Granada. Ahí es nada, el simple hecho de viajar hasta Granada era una maravillosa aventura. El balóncesto supuso en muchos de nosotros un vuelo hacia lo desconocido, un aliciente fértil.
Resulta curioso observar como impone la competición. La foto es previa a un partido; queda reflejada la tensión en los rostros adolescentes. Sin quererlo adivinamos quién es éste o aquél; al fin y al cabo que son cuarenta años. ¿Cuántos de los presentes podríamos jugar uno de aquellos partidos?
Los años 60 irrumpen con un hecho originado en Inglaterra, pero que revoluciona el mundo entero: llega la minifalda.
La minifalda había l0grado imponerse como fenómeno mundial y según su diseñadora “era la respuesta a los sentimientos de la sociedad de los 60. Derrochaba optimismo y sugería alegría y liberación.” (1.968).
Más tarde salió la maxifalda, también de origen Inglés, que aunque tubo sus repercusiones en el mundo de la moda no se mantuvo por mucho tiempo.
Era una estrella precoz, de nombre Marisol L. (Pepa Flores) cantaba flamenco y era muy famosa en “España”.
Joselito era un niño que le gustaba cantar y a la vez actuar ante las cámaras, empezó cantando en la radio.
Manolo Escobar, nos embelesamos con “Esos ojitos negros” del Dúo Dinámico y veíamos a Karina “buscando en el baúl de los recuerdos”. Serrat se negó a interpretar en castellano ante Europa, “La, la, la”. Massiel regresó de Londres como una heroína. Por primera vez en la historia del Eurofestival, una española quedó primera.
Los sesenta son la década de la música y de las series de televisión; de los festivales de San Remo, Benidorm y Eurovisión. De los cantantes italianos, de los franceses y de los anglosajones. Hasta la hermana Sonrisa, con su “Dominiqué, nique nique...” y el padre Duval, conocido como el trovador Dios, ingresaron en el “hit” de éxitos.
Claro que todo no era música ni la mini que lanzó Mery Quant a través de Twiggi y luego de La Gamba.
Franco dice que un contubernio judeomasónico-comunista nos impide la entrada en el Mercado Común. El régimen anuncia a bombo y platillo que en Arroyo luengo se ha encontrado petróleo. Los norteamericanos se les escapó una bomba nuclear -que a Dios gracias no explotó- Paco, un pescador de la zona, lo vio todo, pero pasaron de él. Fraga, ministro de Información y Turismo, se bañó ante las cámaras del No-Do, para quitar el susto radiactivo a los turistas.
¿Cómo fueron los 60?
La década de los sesenta es rica en acontecimientos, la llegada del hombre a la luna. Yuri Gagarin, convirtió en el primer cosmonauta de la historia.
En España cada año se duplicaban los turistas. Sus divisas y las que enviaban los emigrantes Españoles. Nuestras ciudades se llenaron de biscuters y vespas. Enseguida empezaron a cantar aquello de: “Adelante hombre del 600, lacarretera nacional es tuya...” Celebramos los 25 años de paz con un gran desfile militar en el madrileño paseo de la Castellana, entonces del Generalísimo. Aprovechando la efemérides se estrelló la película “Franco, ese hombre”.
Ya es un hecho comprobable que la talidomida fue la causante de las taras físicas con que nacieron miles de niños. Los beatnicks y los hippies, que propugnaban hacer el amor y no la guerra y consumen LSD.
El ritmo de “izquierda, izquierda, derecha, derecha...” nos pusimos a bailar la yenka. Agarraditos, el “Yestesday” de los Beatles y como dislocados el twist o “Satisfaction” de los Rolling Stones.
Texto sacado de: http://html.rincondelvago.com/los-anos-60-y-70.html
Recuerdo aquellas tardes de los domingos, aquellos invierno tan duros que sobre las 4 de la tarde íbamos al SIANCE o a la cafetería que había en la Plaza de las Eras, en los bajos de la Residencia Femenina, nos reuníamos para tomábamos algún café, unas ginebras o unas mentas, recuerdo que María, así se llamaba la dueña, nos dejaba poner música con los discos singles que tenía detrás en la trastienda, una de las canciones que más sonaba allí era “Adios Linda Candy”
Era el precalentamiento para lo que venía después, recogíamos a nuestras chicas-novias o ligues para ir a alguna casa o a algún bajo, llamado “Club”, uno de ellos lo teníamos en la calle que iba desde la calle los Dolores a la Plaza de la Trinidad, en los bajos de la casa de Paco S Vallejo, qué buenos ratos nos pasamos, ¿verdad Paco?y con el tocadiscos-picku o magnetofón (marca FARO), el que tenía uno de esos chismes era un privilegiado, intentar “comernos una rosca”, terminábamos la mayoría de las veces con un dolor de codos y de hu…, ya que la fémina de turno no tragaba.
Aquella que era más fácil, tenía el éxito asegurado, había verdaderas disputas por bailar con ella.
Cuando no había posibilidad de esos bailes y no teníamos tampoco posibilidad de ligar, pasábamos las tardes en el Hogar de la OJE, en donde actualmente está la Casa de la Cultura. Había una persona que se encargaba de controlar los tiempos de los juego de billar, ping-pong (tenis de mesa), la máquina de bolas parecida a la del billar, ajedrez, las damas…, esta persona se llamaba Jesús, trabajaba en la tienda de Bayo que hacía esquina c/ Zapateria y Plaza Santo Domingo, teníaun armario en donde guardaba las pipas y chucherías.
Algunos domingos también íbamos a ver aquel programa pionero de playback , llamado ESCALA EN HIFI.
¿Os acordáis de los ratos que nos tirabamos jugando o viendo jugar en La Granja o en los futbolines, bajos de la peña madridista en Plaza Mendes, a las maquinas recreativas de bumper, no como las de ahora.
Después, sobre las 6 ó 7 de la tarde, salvo que tuviéramos guateque o íbamos al cine, nos paseábamos por la Plaza Mayor comiendo pipas compradas en el kiosco de la plaza,, paseo arriba, paseo abajo, dábamos más vueltas que una peonza a ver si podíamos ligar algo, se le decía que era el paseo de la paja, porque, “arriba, abajo, arriba, abajo... y al final leche”, al final como se dice "cada mochuelo a su olivo" nos ibamos a casita para al día siguiente estar preparados y hacer frente a las largas jornadas de clase. Hasta llegamos a tener clase en sábado. Aquello si que era estrés y no los estudios de ahora. Y NO TENEMOS TRAUMAS.
Nos parábamos en el carrillo o expositor en donde se anunciaban las películas que echaban en los cines Dengra o Ideal, siempre que había alguna que nos hacía "tilín", para ver si la engatusabamos y nos la llevabamos al "huerto". A veces el expositor o carrito lo cambiábamos de lugar, y el “Coco” se cabreaba.
Don Servando, jefe de estudios y rígido mandatario de la Falange provincial, había organizado una manera peculiar de hacer el camino de Santiago: ir en bicicleta cruzando Portugal de Sur a Norte y desde Tuy, por la Cornisa Cantábrica llegar a Santiago haciendo etapas en un campamento itinerante, con militantes de la O.J.E. (Organización Juvenil Española, rama juvenil de falange).
Dentro de este grupo, por deseo expreso de Don Servando, había de ir yo. El problema era que a mí no me gustaba la idea, no tenía bicicleta ni sabía montar. Después de convencer a mi padre de lo importante que era esta salida para mí, me dejaron una bicicleta y en quince días tuve que aprender y “ponerme en forma”.
Antes de la marcha me dieron un flamante uniforme de cadete de la O.J.E., con su correspondiente camisa azul y gorra roja.
Fue un viaje extraordinario:
Íbamos en una caravana imponente (confortable autocar para nosotros, camiones para las bicicletas y la intendencia, enfermería…).
Cada día hacíamos un tramo largo en autocar y cuando faltaban pocos kilómetros para llegar a la ciudad escogida para pernoctar, cogíamos las bicicletas y entrabamos triunfales entre la gente y a veces las cámaras de TV, como si de un gran evento se tratara. Un grupo de los ciclistas formaban un conjunto musical (lástima que no me acuerde ahora de su nombre) y en algún lugar de la población, montábamos un sarao que dejaba embobadas a las jovencitas portuguesas, escuchando “La casa del sol naciente” a los acordes de aquellas modernas guitarras eléctricas.
Al día siguiente después de un suculento desayuno, con su correspondiente cuchara sopera de reconstituyente (corría el rumor que era bromuro), seguíamos la ruta predeterminada.
Tal como estaba previsto llegamos a Santiago el veinticinco de julio.
Volvimos en autocar, parando en Madrid, donde fuimos felicitados y algunos condecorados por las altas instancias políticas del momento.
Lo pasé muy bien y a veces pienso que Don Servando me recompensó con este viaje la bofetada de la huelga.
¡Qué pena no haber tenido alguna foto de este evento!, a ver si alguno tenéis alguna fotografía.
Corrían rumores de que a Don Ambrosio, el cura encargado de dirigir el internado, lo cesarían en su función por unos motivos que no estaban muy claros.
Una noche y ante la evidencia de que al día siguiente no estaría con nosotros, se fue corriendo la voz de habitación en habitación de que al día siguiente en lugar de bajar hacia el Instituto (como hacíamos siempre) nos iríamos a la montaña para protestar de esta manera por la que según creíamos nosotros, injusta expulsión.
Así lo hicimos.
La sierra de Baza nos brindaba un espacio de vegetación, belleza y aventura que para nuestra edad adolescente era irresistible.
Organizamos grupos de intendencia y vigilancia y decidimos que estaríamos ocultos hasta la tarde, que era cuando volvían los autobuses a los diferentes pueblos de los que éramos.
A media mañana oímos ruidos de sirenas de policías y desde la altura observamos que en la ciudad había un gran revuelo.
Decidimos no dar el brazo a torcer y ocultos en la maleza aguantamos hasta la tarde que, por caminos secundarios que daban a las afueras de la ciudad, cogimos los desvencijados vehículos de transporte, en paradas alejadas del centro y nos fuimos a nuestras casas.
La situación fue más complicada en casa: explicaciones no entendidas por los padres, regañinas y disgustos, pensar que pasaría después…
Yo vivía en una pedanía de Benamaurel (Puente Arriba) donde no había teléfono y mis padres no tenían coche, por lo cual no pudieron avisar al Instituto de mi llegada. A primeras horas de la mañana siguiente, Don Ambrosio con su vespa se presentó en casa y explicó a los padres la situación.
Inmediatamente me hicieron volver. Fui directo al despacho de Don Servando (jefe de estudios y rígido mandatario de la Falange provincial). Me hizo sentar, me explico el alcance y simbología de aquella huelga de la que, según él,yo era el “cabecilla” y me dio tal bofetada en la mejilla derecha que se mantuvo roja durante todo el día.
La monotonía diaria del Instituto continuo, Don Ambrosio no marchó y (¡casualidades de la vida!) años más tarde lo volví a encontrar en una moderna cervecería de Sabadell en compañía de su “sobrina”, una guapa chica veinteañera.
¡Qué pena no haber tenido alguna foto de este evento!, a ver si alguno tenéis alguna fotografía.
Fiestas de Septiembre 1968, escenario de la Alameda. Componentes: Andrés Carmona, Antonio Lao, Juani y Pepe Hdez
En el Bar Central de Benamaurel en las fiestas de Noviembre de 1968, los músicos son:
Batería: Pepito Pareja Guitarra Bajo: Pepe Hdez Guitarra acompañamiento: Juani Guitarra punteo: Antonio de la Torre (Lao) Trompeta, al fondo: Miguel Trompetilla, camisa blanca: Manolo del Bar Central
Inauguración de LA GRANJA con LOS SONIDOS NEGROS, se decía de forma cariñosa que: "Los Sonidos Negros se ven negros para hacer sonidos".
Podemos ver a Andrés Carmona, Baltasar Pozo, Jesús Lozano y Paco. Qué cara de angelitos tienen.
Los equipos que se llevaban igual que los de ahora, en un ladrillo se podía montar un escenario, pero ahí está que la música de aquellos años perdura todavía y a las nuevas generaciones le encanta este tipo de música.
Os acordáis que algunos compañeros de Caniles y quiero recordar también de Zújar, venían a clase en bicicleta, esas bicicletas eran propiedad del Instituto que se las prestaba durante el curso. Traían su cesta con la comida del mediodía, ya que por las tardes teníamos clase. Sirva este espacio como un sencillo homenaje a todos aquellos que en esos años tan duros, días de frio, lluvia y nieve, venían al instituto con toda la ilusión de aprender día a día para tener un futuro mejor.
Las famosas etiquetas que nos pasabamos unos a otros y que D. Antonio Romero, al final nos decía que ya está bien, esa etiqueta tenía de nota un 100, ya que habia pasado de mano en mano y sólo le modificabamos en el lugar que ponía la nota con algún dibujo o borrón.
Una forma peculiar de celebrar las cruces, en Motril grupos de amigos se juntan y monta una cruz en una carreta y recorren las principales calles llevando la alegría y la juerga a todos los rincones y a todos los vecinos.
De pie de izquierda a derecha: Pepín, Manolo Fdez, Plantillas, Simón, Vita, Gavilan y Cecilio Maestra. Agachados: Rafa, Rogelio, Nino, Bastidas y Luis Vita.
De pie de izquierda a derecha: Pepín, Manolo Fdez, Nino, Chacón, Gavilan y La Paz. Agachados: Rogelio, Alberto, Pico Pájaro (Joaquín), Granero y Manuel Yeste.